Al ritmo de tambora, con olor a pescado, a vainilla, a camarón, a cerveza, dicen que a arrayán y a ciruela, es Mazatlán, la llamada perla del pacífico, hora y media de vuelo desde la ciudad de México...
Llegamos a un hermoso hotel con vista a la playa, y aunque ahí podíamos encontrar descanso con lujo en alberca, restaurante y sala de juegos, decidimos como niños exploradores, recorrer todos los caminos de Mazatlán, en camión, el trolebús, en pulmonía ( carrito blanco típico del puerto hecho con motor de "volcho" y cascarón de fibra de vidrio, sin ninguna ventana y puerta), con largas caminatas, en taxi, barco, moto acuática y velero, descubriendo las calles, los afluentes, la comida, las bebidas y lo más importante que siente la gente, que sueña, que espera y cómo sobrevive con etiquetas como la del narco que controla gran parte de Sinaloa...
Los primeros tres días estuvieron nublados, no por ello dejaba de hacer calor, con humedad de un 87 %, aunque te bañarás sentías la piel húmeda y con cierto olor a jocoque; durante tres días también vivimos con la espuma gelatinosa que bañaba la costa mazatleca y que dejaba ver un mar color marrón en la orilla, los más místicos aseguraban que "había llovido dentro del mar" y que por eso salía lo malo... Otros, los ecologistas atribuían a los barcos camaroneros y al derrame de combustible aquella espuma... Los más "expertos" decían que era un "agua mala", sí te metías no pasaba nada, sólo había que cuidarse de "los quemadores" (especie de burbuja ligosa de color azul que al contacto con la piel provoca una sensación dolorosa como si fuera una quemadura)...
Se fueron los días nublados y la espuma, así recorrimos la isla de chivos, la de enmedio y la de la piedra... La Marina, Las recomendaciones de comer están en "el Capitano", "Costa Marinera" y sin duda alguna el mejor "los arcos"... Y unos tacos de Machaca buenísimos con chile "pico de pájaro", casi frente a los condominios "360 grados" en la Avenida Sabalo...Para beber solitos la cita fue en el Sky Bar, con vista de todos los ángulos del puerto ...
De beber, cerveza Pacífico, (foto dedicada a los miembros del comando borracho, deberíamos ir juntos)....
Algunos que te atienden son poco amables, de hecho son cortantes y cuando preguntas algo pareciera que te hacen un favor atendiéndote... Pero la gente que vive y siente Mazatlán todos los días de distinta forma a un turista esa es la que sonríe la que te ayuda, la que habla fuerte, medio golpeado y rapidísimo, el que conduce la pulmonía, el de los helados, un bigotón que te explica cómo dividir los sabores para no combinarlos y disfrutar cada uno sin perder su esencia; el que te dice que sí "esta bien cabrón el narco allá, pero pues allá ellos" (sic) (allá, refiriéndose a que lo más violento está en Culiacán al que hoy llaman de las Cruces porque en cada lugar de ejecución se coloca una cruz); la que compra una pizza y te explica la distancia entre un super y un market, el albañil que te recomienda el agua de horchata, el mesero que te asegura que se tomo la foto del día con Lupillo Rivera... Raúl, el vendedor con tintes de cómico... Ulises, el guía del trolebús que te habla en "spanglish" y que te lleva a un centro Joyero Internacional en dónde están los diamantes "más grandes, caros y hermosos del mundo", (lugar del que por cierto no compramos nada)... Ramiro, el Barman que te cuenta "las mil y una borracheras", El clavadista, los que bailan 24 horas en el malecón por ganarse un auto... Del entrenador de Spinning que te explican que es un sandwich y un "lonche"; y que además sueña con vacacionar en el Distrito Federal... De la isla para 20 personas, sin olvidar al perro que nada, se asolea y come pescado...
Que buena vacación y no sólo por la compañía y el descanso; sino por "perlas" que cada una de las personas que conocí compartío conmigo, es decir sus historias, sus sueños, olores y sabores...