viernes, 22 de agosto de 2008

Que tanto dolor valga la pena...



Hace cuatro años me vestí de blanco y decidí caminar junto a un empresario, un niño, un bolero, una mujer policía, un comerciante y un político, tras el crimen de dos jóvenes cuyos cuerpos fueron encontrados en un basurero después de su secuestro, miles salimos a las calles con la idea de demostrar el dolor, la impotencia y la necesidad de ser vistos por las autoridades... Diez puntos de acuerdo, fotografías, jaloneo político y anecdotario, esa marcha fue inútil... Hoy, a la distancia seguimos viviendo el dolor del secuestro, de la muerte, de impunidad y la corrupción, lo terrible es que seguimos esperando que las autoridades nos vean...


"Cuando subieron al auto me dijeron agachate si no te lleva la chingada", recuerda Mariana X...

"Se vuelve a nacer cuando te sueltan", se truena los dedos Jaime N...

Nadie está excento de ser blanco de un secuestrador... Hoy no se necesita ser millonario, o tener un apellido de abolengo, ni traer el auto compacto más lujoso; todos estamos expuestos al dolor de un secuestro...






El secuestro y asesinato del joven Fernando Martí sacudió a la opinión pública y no sólo porque se trataba del hijo de un potentado empresario, sino porque se pago un rescate, no se escatimo, se buscó un negociador, se siguió al pie de la letra las peticiones de los plagiarios y aun así decidieron cortarle la vida a Fernando... Un falso retén, policías involucrados y una supuesta disputa entre los miembros de la Banda de "La Flor" tiene en jaque a las autoridades, aun más, porque ese crimen volvió a despertar a la opinión pública... Una reunión a todos los niveles de gobierno, discursos, 75 puntos a cumplir y plazos para ver resultados... ¿Por qué creer esta vez?... ¿Quién nos garantiza volver a casa cada noche?...


Tras un breve anuncio hoy se dio a conocer que Silvia, la hija de Nelson Vargas, fue secuestrada hace casi un año, con la voz pausada la madre pide misericordia para el criminal a quien reconoce como un hombre capaz de amar y de conmoverse a su petición, "por favor devuélvanme a mi hija Silvia, serán recompensados"... Sin rencor, argumentan estar dispuestos a pagar peso sobre peso sin cuestionar, sin señalar y con la garantía de que tendrán su perdón... El perdón de una madre que noche a noche se acuesta con la esperanza de volver a ver a su hija.. "Dios se los sabrá recompensar"
Como Fernando y Silvia; muchos mexicanos viven a diario el drama del secuestro, del crimen, del chantaje, del abuso, del dolor y peor cuando esas familias no tienen las posibilidades económicas de enfrentar al crimen e irremediablemente mueren a manos de hombres y mujeres que han encontrado en el secuestro el mejor de los negocios...


¿Cuántos Fernandos faltan, cuántas Silvias más serán secuestradas, cuantos juanes serán torturados, cuántas mujeres y hombres deben pasar por esta tragedia para tener un México seguro?

Que tanto dolor valga la pena, que la muerte de mexicanos a manos de los secuestradores no quede en el anecdotario, que Silvia vuelva sana y salva, que esta vez hagamos un frente común, sin partido, sin colores, sin afán protagónico; que Hoy el dolor sea el motor para enfrentar a quienes nos han quitado el sueño, la libertad y las ganas de seguir viviendo en este País...